GOMA BLANCA


Tengo una prima-hermana que se llama Amanda. Una vez, cuando éramos pequeñas, decidimos que nunca nos íbamos a volver a separar y tuvimos la brillante idea de pegar nuestras manos con goma. Para nuestro desconcierto, por más duro que apretáramos nuestras manos una con la otra, no encontramos pegamento que lograra físicamente juntarnos para siempre. Aunque ese día Resistol no cumplió con su cometido, siento que nuestro intento no fue en vano y de una forma simbólica logramos una unión más o menos permanente. Mandy: la quiero montones.

1 comentarios:

Unknown dijo...

ele que lindaaa!!! ud y yo siempre vamos a estar pegadas con goma blanca! mua ah felicidades por las otras entradas... que bien que escribe!!:)

Publicar un comentario