YO GUARDABA FANTASMAS EN MI CLOSET


7:00 A.M: Mi mamá abre la puerta de mi cuarto, demanda que le devuelva una camisa (que por cierto no tengo memoria de haber tomado prestada). Es imposible retomar el sueño, mi mamá exige que revise mi desastre de armario a ver si el objeto perdido esta ahí escondiéndose. A pesar de estar SEGURISIMA que la camisa no estaba en el campo de batalla que es mi cuarto hoy, decido darle una ojeada a mi guardarropa para complacerla.

Lo que inicialmente empieza como un regaño da un giro inesperado. Abro el closet y pienso: “Es hora de organizar mi vida

Es una empresa peligrosa abrir esa empolvada bóveda que contiene el pasado. Uno nunca sabe que objetos pueden resurgir del olvido; estos pueden mover la vena mas escondida, inflamar el lóbulo más vulnerable. Por dicha yo no tengo ninguna memoria oscurísimo que ocultar.

Siempre hay objetos sin significado, ¿Qué diablos es esto? Solo aparecen ahí en el vaivén de la vida para luego ser inservibles para alguien más.

No se aferren a su pasado, juro que este solo es causa de polvo y falta de espacio en el closet. No nos pongamos nostálgicos, yo que se, los objetos solo son objetos, somos nosotros que hacemos y guardamos las memorias. Es inclusive peligroso acumular todos esos chunches y tener mil y un bodegas; solo hay que cargar con uno mismo.

Y aquellos cuadernos viejos simbolizan mucho esfuerzo, pero seamos honestos, al menos que tengan un hermano o hermana menor , nunca más van a ser abiertos.

¿Y esas cartas y tonteras que uno está 100% seguro que valen la pena guardar? Por ahora yo espero que entren todos en una sola caja, vamos a ver.