QUE TAN HIPPIE


Que bueno sería si por cada valla publicitaria hicieran dos. La segunda, que igualaría a la primera en tamaño, en lugar de publicidad tendría arte. Así lograríamos un balance: cada vez que nuestra cabeza fuera expuesta a algo banal a la vez podría apreciar algo puro y profundo. No digo que no debería de haber publicidad. Lo que digo es que no se vale que esta tenga tanto espacio y alcance. No es justo que las pinturas estén escondidas en galerías adonde solo un selecto grupo de gente las puede admirar.