"Sé BUCEAR EN SILENCIO"


Cada cinco mil años luz nacen en mi las ganas de crear algo delicado, cualquier cosa que parezca romperse en dos con solo mirarla a través del rabillo de mi ojo. Ni siquiera se me ocurre qué exactamente, sin poder evitarlo me invade una apreciación hacia lo efímero: una tela de araña, un encaje de finos hilitos blancos, un pelo claro de mil en una cabellera enmarañada, dientes de león en huida de su respectivo tallo, un lápiz de punta filosísima…



LO QUE CONSTRUIMOS Y DESTRUIMOS


A pesar del helado de kiwi me puse a llorar. El llanto vino así, solo, mientras una amiga boquiabierta no le quedo más que hacerme reír. No hay nada más inaudito que una lagrima que brote de la nada, a modo de protesta, haciendo que se desborone por brevísimos segundos esa pared de metal, cemento, alambre de púa, piedra, ropa, sal, risas, tierra, jabón, y de todo lo que nos encontramos en el transcurso de una vida que sirva para engañar a los demás y a nosotros mismos de lo que tenemos adentro.



YO GUARDABA FANTASMAS EN MI CLOSET


7:00 A.M: Mi mamá abre la puerta de mi cuarto, demanda que le devuelva una camisa (que por cierto no tengo memoria de haber tomado prestada). Es imposible retomar el sueño, mi mamá exige que revise mi desastre de armario a ver si el objeto perdido esta ahí escondiéndose. A pesar de estar SEGURISIMA que la camisa no estaba en el campo de batalla que es mi cuarto hoy, decido darle una ojeada a mi guardarropa para complacerla.

Lo que inicialmente empieza como un regaño da un giro inesperado. Abro el closet y pienso: “Es hora de organizar mi vida

Es una empresa peligrosa abrir esa empolvada bóveda que contiene el pasado. Uno nunca sabe que objetos pueden resurgir del olvido; estos pueden mover la vena mas escondida, inflamar el lóbulo más vulnerable. Por dicha yo no tengo ninguna memoria oscurísimo que ocultar.

Siempre hay objetos sin significado, ¿Qué diablos es esto? Solo aparecen ahí en el vaivén de la vida para luego ser inservibles para alguien más.

No se aferren a su pasado, juro que este solo es causa de polvo y falta de espacio en el closet. No nos pongamos nostálgicos, yo que se, los objetos solo son objetos, somos nosotros que hacemos y guardamos las memorias. Es inclusive peligroso acumular todos esos chunches y tener mil y un bodegas; solo hay que cargar con uno mismo.

Y aquellos cuadernos viejos simbolizan mucho esfuerzo, pero seamos honestos, al menos que tengan un hermano o hermana menor , nunca más van a ser abiertos.

¿Y esas cartas y tonteras que uno está 100% seguro que valen la pena guardar? Por ahora yo espero que entren todos en una sola caja, vamos a ver.